Aprender qué acciones descomponen relaciones y encontrar aquellas que permiten la reproducción de la vida
LA ÉTICA DE LA AFECTIVIDAD
Según podemos aprender de los saberes ambientales de los pueblos, la transformación perceptiva es un asunto fundamental para enfrentar la crisis civilizatoria, debido a la importancia de reaprender a saber, a través de nuestros propios sentidos, qué acciones permiten la composición de las relaciones vitales en los territorios y qué otras dan como resultado una descomposición de las mismas.
Será muy difícil reconciliarnos con la tierra viva, si no sabemos recuperar esa sensación de lo que está bien para el lugar porque así nos lo indica nuestro cuerpo, nuestros afectos, nuestros sentimientos, nuestra sensorialidad.
Nuestros antecesores aprendieron a habitar acoplando sus sentidos con el ambiente y, gracias a ello, sabían qué es lo adecuado y qué no para el territorio habitado. Nuestra modernidad tóxica, que no sabe sino enrarecer la vida, hizo que perdiéramos la habilidad corporal de dejarnos guiar por nuestras capacidades empáticas y sensoriales para entender cómo habitar la tierra.
De ahí la inmensa necesidad de afinar la intensidad de los sentidos para conectar con las redes de la vida. Desarrollar la atención, la escucha admirativa y la observación profunda; entrenar nuestro poder empático; reavivar nuestras capacidades corporales, para resonar con los acomodos de la ecología territorial; y saber qué tipo de actos son los más adecuados.
¿En dónde más sino en el lenguaje de la tierra misma está la clave para dejar de ocuparla y aprender a habitarla?
Sin embargo, hoy ya no conocemos su lenguaje, lo hemos olvidado, y mientras ella nos habla, a cada instante, nosotros nos cruzamos de brazos y no la entendemos. No sabemos su lenguaje que es el lenguaje de la sensibilidad. Y para alfabetizarnos en ese lenguaje, necesitamos reavivar nuestros sentidos, nuestra empatía, nuestra emotividad. Y nada como un entorno apropiado que lo haga posible. El afinamiento de los sentidos en consonancia con la tierra, se hace más fácil si habitamos en un lugar adecuado para cambiar la posición en la que participan nuestras percepciones. Por eso, es indispensable reverdecer y sembrar diversidad al tiempo que vamos incrementando nuestro contacto con los ciclos de la vida, confrontando los deseos impuestos y abandonando esos modos economicistas y utilitaristas de hablar sobre la vida.
Actividad
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